miércoles, 7 de mayo de 2008

Desnuda

Justo ayer me quité los harapos
que sofocaban el alma.
Rompí ataduras y cadenas
que me embalsamaban,
sobre el mármol de la vida
aposté las penas.
Justo ayer bebí el sorbo de la razón
y su buen sentido cobró cordura.

Justo ayer demolí los vicios
de la inconciencia, las ataduras
sin sentencias, las vísperas
sin mañanas, sus aromas
y sus llantos, con sus brisas
y sus tristes cantos.
Justo ayer me vestí de olvido,
mi color preferido.

Justo ayer desperté del sueño a la vida
Dibujé la aurora con sus grandes ojos
Divisé una estrella que nunca había visto
Bosquejé la mejor sonrisa.
Justo ayer tropecé conmigo.

Por primera vez en mucho tiempo,
escuché la música
y doblé recuerdos que guardé
donde no puedan lastimarme.
Justo ayer dejé de transitar
prados y senderos
que transité a diario.
Justo ayer cambié la ruta
que me hacía daño.
Justo ayer me vestí de olvido.

Ligia Calderón Romero
© DERECHOS RESERVADOS
12 de abril, 2008

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