miércoles, 7 de mayo de 2008

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...Tomaré el té de la madrugada
con la exquisita compañía
de Soledad, ella, amiga fiel,
inseparable, de mañanas, tardes,
noches y madrugadas,
acicala las esperas, lustra los olvidos
y prepara las ausencias
se viste de pieles finas
y joyas lujuriosas,
entra por las ventanas,
se cuela por la puerta,
no tiene hora fija de llegada
y tampoco de partida,
se acomoda plácidamente
y cuesta desterrarla...

Tengo el sabor en mis labios
De un beso de amor
tengo un puñado de arena
justo del mar de tu ausencia
con una estrella dormida
colgada de mi existencia
tengo las manos vacías
con una sola esperanza
rompiendo sábanas blancas
corriendo sola en la playa
vagando en campos desiertos
rogando besos de fuego
caricias albas del cielomiradas verdes del campo.

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