miércoles, 7 de mayo de 2008

1

Con rumbo hacia la montaña
entre senderos sin lumbre,
para que el camino alumbre
con su mirada de hazaña
lleva luciérnaga huraña
y una linterna gastada
que pende del firmamento
y danza un vals con el viento,
bella dama engalanada
menguante luna encantada.

subiendo por empedrados
divisa los bellos montes
descalzos sobre horizontes
refulgen hermosos prados
ante los ojos cansados
atrás quedó la ciudad,
semeja pomposo lago
radiante traje de mago
manantial de gran bondad
vestida con su oquedad.

ya de tanto caminar
despiertan sutil la aurora,
pendientes de cada hora
las aves con su trinar
gorjeando en el pinar
odas y cantos celestes
parásitas suspendidas
de suaves sedas teñidas
sobre los troncos agrestes
viven en pequeñas huestes.

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