viernes, 7 de marzo de 2008

Viste la aurora su traje de invierno
y el diáfano perfume la rosa de los vientos.
Del atardecer, notas coloridas,
gorjea el jilguero.

Cierra la noche sus grandes persianas,
duermen sus versos sin sueño.
La avaricia se viste de gala
como flor en jardín de ensueño.

El manantial vestido de lluvia,
roba cristales de un jardín muy pequeño.
La luna arropada con traje de olvido,
al sol, recuesta sus coplas,
en un macizo roble sin dueño.

Ligia Calderón romero
27 de febrero, 2008

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